Cine


Brokeback Mountain es una peli necesaria. En los últimos años los derechos de los homosexuales han mejorado y hay un mayor respeto, aunque todavía encuentras de todo, pero no siempre ha sido así. Y menos en un mundo tan machista como el de los vaqueros del Far West, donde hay que demostrar lo macho que se es a cada minuto, con cada golpe de espuela al caballo, con cada escupitazo al suelo y bajada de sombrero. Ang Lee nos cuenta la historia con sinceridad, sin ocultarnos nada, pasando de la rudeza, a veces forzada (como el personaje de Jake Gyllenhaal), a la ternura cuando ambos se encuentran solos. A tener en cuenta la naturalidad y poderío visual de la primera parte de la película, cuando los protagonistas se encuentran a solas, para descubrir lo que sienten el uno por el otro, entre las preciosas montañas de Brokeback donde el paisaje y la música te transportan a ese paraje impresionante.
A destacar la tremenda actuación de Heath Ledger, muy por encima de su compañero, construyendo un personaje que te hace creer por momentos que estás viendo el lado oculto del vaquero de Marlboro. Gran actor joven que ya me impresionó en Monster’s Ball y que está en estado de gracia ya que este pasado 2005 ha estrenado hasta cinco pelis y trabajado con dos de los grandes: Terry Gilliam en Los Hermanos Grimm y Lasse Hallström en Casanova.
En contra diría que la peli se me ha hecho larga en exceso y también quizá encontré algo previsible y lento su final, recordemos que la peli es de Ang Lee, que, como buen oriental, no suele tener mucha prisa nunca. Además este tipo de cine, el del dramón, no suele motivarme aunque reconozco que es una buena peli, y evidentemente prefiero mucho más el Ang Lee de Tigre y Dragón y de Hulk (sí, me gustó, ¡qué pasa!) que el de Brokeback Mountain.
Os preguntaréis qué es eso de los politonos del título. Pues que vimos dos películas: la que se exponía en la pantalla y la que nos interpretaron en la sala. En la fila justo anterior a la nuestra una tía hablaba por el móvil, sin ni siquiera bajar la voz, mientras nos pasaban los trailers.
Pero empezó la peli y continuaba como si nada y entonces lo que todos los asistentes hubiéramos querido hacer alguien lo hizo. Sólo escuchamos una vez que un tío, con voz de pocos amigos, decía: “¿Quieres apagar el móvil ya?”. No esperó mucha respuesta porque al poco vimos volar un móvil por encima de nuestras cabezas hasta caer seis o siete filas por delante. Pero aquí no acaba todo, la del móvil se pone como loca y al poco está tirándose de los pelos con la novia del tío campeón del mundo en lanzamiento de móviles, y entre ellas vuelan los cubos de palomitas. Mientras ellas se tiran de los pelos, el tío mira impasible la pantalla con cara de psicópata, el móvil ya no suena y puede ver la peli, cuando la tía del móvil le suelta una hostia con la mano plana que se oyó hasta en la última fila y el tío se vuelve loco. Levanta a la tía en vilo y la lanza contra los asientos de la fila de delante, cayendo ella tumbada con los pies colgando a cuatro asientos de distancia a nuestra derecha. Al poco, entraba seguridad y se los llevaba, ¡qué pena! Íbamos a ver un drama y nos encontramos con una comedia en toda regla, que provocó carcajadas cuando un responsable del cine, en medio de la pelea, añadió: “Señoras y señores, vamos a extraer el problema, no ha ocurrido nada, disfruten de la película…”. Sí, disfrutamos, sí.












Os preguntaréis qué es eso de los politonos del título. Pues que vimos dos películas: la que se exponía en la pantalla y la que nos interpretaron en la sala. En la fila justo anterior a la nuestra una tía hablaba por el móvil, sin ni siquiera bajar la voz, mientras nos pasaban los trailers.











7 / 10 alcaudones
Moebius
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