Cómics












Más vale tarde que nunca. Hace un par de semanas, casi un año después de que se publicara el último número, el 12, me compré de un tirón toda la colección tras ver como varios foros comiqueros situaban a Agujero Negro (Black Hole) de Charles Burns entre lo mejor del 2005. Lo cierto es que me ha gustado y tienen mucha culpa el ambiente de sutil terror que consigue crear Burns y ése estilo pausado y original que utiliza. Nos contará su historia de forma desordenada haciendo uso de continuos flashbacks confundiéndolos con las pesadillas de los protagonistas.
Agujero Negro narra como un grupo de jóvenes son expuestos al bacilo, aquello de lo que desconocemos el origen y se contagia por contacto sexual, aquello que los va a convertir en un grupo de freaks apartados de la sociedad. El bacilo reaccionará de forma diferente en cada uno de ellos: a uno le aparecerá una pequeña boca en el cuello que hablará cuando él duerma o a otra le saldrá una colita u otra, que cambiará la piel como una serpiente.
Burns crea un mundo con algunas imágenes realmente poderosas y repleto de símbolos a ese agujero del título: la disección de la rana, el corte del pie, la roca en la playa y evidentemente, el símbolo sexual femenino que será la perdición de los que todavía no han sido contagiados por el bacilo.
Por otro lado, no me han llegado, quizá porque ya me hago mayor, esos personajes que sólo están preocupados en fumar sus canutos, que sin experiencia creen en el amor eterno y no son capaces de afrontar el problema que se les ha venido encima, y Burns aprovecha para hablarnos de la inocencia, las ganas de independizarse y descubrir el sexo (en este caso, algo peligroso) de estos adolescentes. Pero todos coinciden en algo, todos van a vivir al día, sin saber qué les va a deparar el futuro.
"Estaba mirando a un agujero... un agujero negro, y el agujero se abrió mientras miraba y sentí que me caía hacia delante, hundiéndome en la nada", presagia Keith en el primer número.
Agujero Negro narra como un grupo de jóvenes son expuestos al bacilo, aquello de lo que desconocemos el origen y se contagia por contacto sexual, aquello que los va a convertir en un grupo de freaks apartados de la sociedad. El bacilo reaccionará de forma diferente en cada uno de ellos: a uno le aparecerá una pequeña boca en el cuello que hablará cuando él duerma o a otra le saldrá una colita u otra, que cambiará la piel como una serpiente.

Por otro lado, no me han llegado, quizá porque ya me hago mayor, esos personajes que sólo están preocupados en fumar sus canutos, que sin experiencia creen en el amor eterno y no son capaces de afrontar el problema que se les ha venido encima, y Burns aprovecha para hablarnos de la inocencia, las ganas de independizarse y descubrir el sexo (en este caso, algo peligroso) de estos adolescentes. Pero todos coinciden en algo, todos van a vivir al día, sin saber qué les va a deparar el futuro.
"Estaba mirando a un agujero... un agujero negro, y el agujero se abrió mientras miraba y sentí que me caía hacia delante, hundiéndome en la nada", presagia Keith en el primer número.










7,5 / 10 alcaudones
Moebius
1 comentario:
Suena interesante, habrá que revisarlo.
Saludos.
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